La política ecuatoriana vive en un caos permanente, los conflictos que se presentan diariamente con la fauna politiquera y en contra del gobierno superan lo imaginable, en un Ecuador donde un reducido grupo de personas enriquecidas poseen más de la mitad de la riqueza que tienen aproximadamente todo el resto de población ecuatoriana, al rededor de 14 millones de personas, nos conviene replantearnos nuestro modo de vivir y de actuar, nuestra manera de hablar y comunicarnos, nuestra manera de pensar y sus consecuencias. Somos todos un pueblo, una aldea que crece desproporcionadamente, mientras los recursos que aplicamos para promocionar, ayudar, mejorar a los mas necesitados se reduce considerablemente, vivimos enfrentados y creemos desde la oligárquica, con la barriga satisfecha y el bolsillo lleno que este sistema es sostenible.
No, no es sostenible cuando existe miles de familias desplazadas, de pueblos crucificados, de civiles desaparecidos, la migración sigue su paso lacerante de hogares abandonados, de niños sin calor, de adolescentes maltratados, por el abandono, la presencia irremediable de un racismo contundente, la falta de educación y una carencia indiscutible de valores morales, nunca hubo tantos medios para erradicar el hambre, la incultura y el odio entre los pueblos, pero lo único que se obtiene es la exacerbación de la indiferencia. También hay los medios de destrucción masiva para contra la naturaleza, contra los animales, además del terrorismo y el salvajismo en contra de los ecosistemas como el monte Ungí, el Yasuni y los manglares o las ballenas, los toros, etc., entre otros y mucho mas, nuestras vidas, agobiadas, por los banqueros y los políticos; el poder en su más alta forma de ambición y deformación, sumidos en sus intereses personales. De una manera drástica, trágica, muy seguramente la humanidad corregirá estos desfases, tan mezquinos, crueles, evidentes y consentidos. De una manera que pudiera ser DESOLADORA.
Podemos evitarlo. SI SE PUEDE. Que no nos engañen los poderosos dueños de la mentira. Se puede mejorar nuestro Ecuador y el mundo. Debemos empezar por actitudes personales coherentes, con un obrar limpio de corazón, superando etiquetas culturales, religiosas y políticas. Buscando el bien común y priorizando las necesidades de los más empobrecidos, de los desahuciados, de los viejos y de los niños de la calle o dependientes pero necesitados, de los enfermos, cuidar la naturaleza respetar el ecosistema pues en él vivimos, agradecer a la Madre Tierra; por dejarnos habitarla, por un día de pleno sol, por la sagrada lluvia, por la sonrisa de una flor, por el aliento de vida que nos brinda en cada bosque, por el sonido del amanecer. Respetar el derecho a un ecosistema sano y protegido, ante todo, respetar la vida de todos los animales; humanos y no humanos, Lo esencial es ver que nos une con otras gentes los deseos de pan y justicia, de libertad responsable y amor gratuito, de honestidad y alegría, de tolerancia y responsabilidad, de coherencia y serenidad, vivir en comunión con la naturaleza y con todos lo animales que en ella subsisten, si el motor de nuestro actos es la búsqueda de la Justicia , la Paz y el Amor entre todos los pueblos, serenos, flexibles y justos, que el viento de la HISTORIA sea fructífero, positivo lleno de luz, para proteger la casa de nuestros descendientes, LA MADRE TIERRA
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